Viene de lejos

En los archivos de la AVV de Benimaclet se conservan testimonios de las quejas de los vecinos desde nada menos que 1994, nos han facilitado copia de algunas, y vienen de lejos. Lo que no se supo o quiso atajar de raíz cuando empezaba, se ha vuelto un problema endémico complejo y de difícil resolución. Casi tan complicado como el cambio climático. Pero no hacer nada es dejar que se haga peor.

17-1-94

La asociación de vecinos de Benimaclet ha denunciado el incremento de «actos incivicos» como consecuencia de la concentración de locales de ocio y diversión. El presidente de la asociación, Francisco Guardeño, ha solicitado la actuación de la Administración para controlar el cumplimiento de la normativa sobre materias como medio ambiente y ruidos, así como una «rápida respuesta».

     El escrito remitido por Guardeño denuncia que el barrio está siendo sometido, durante la noche, a una continua ocupación de las aceras y calles peatonales por parte de los vehículos, que son utilizados como «discotecas portátiles». Asimismo destaca el incremento de la consumición de bebidas en el exterior de los locales de ocio de la zona, que supone «el consiguiente alboroto». En cuanto al estado en el que quedan los viales, el presidente de la asociación de vecinos de Benimaclet manifiesta que, «al fin de la fiesta, las calles se quedan totalmente irreconocibles».
 Desechos orgánicos
    El origen que señala Guardeño como causa de la situación en la que se encuentra la zona por las mañanas y, concretamente, durante los fines de semana, es la presencia indiscriminada de desechos «tanto biológicos (vomitonas), como materiales (vasos, botellas y plásticos)


 


«No a la terraza, queremos descansar»; «Detrás de esta ventana dormimos. Respeta nuestro descanso». Estos son los lemas que tres vecinos de la calle Maestro Caballero de Benimaclet han colgado en sus casas porque la presencia masiva de clientes en la terraza de un bar les impide conciliar el sueño. Se trata de los primeros vecinos de Valencia que manifiestan su malestar por el aumento del ruido en una terraza tras la puesta en marcha de la ley antitabaco.

«Es una calle peatonal y con casas de planta baja y tenemos la terraza a tres metros de la habitación. No podemos dormir, ni descansar, ni escuchar la tele», indica Arturo S. Confiesan que hace unos años que vienen sufriendo molestias, «pero es que como ahora todo el mundo sale a fumar a la calle», añade Arturo y Diego D. L.

Estos vecinos detallan que no son contrarios a la ley antitabaco, «al revés. Nos parece muy bien, pero es que desde que a la gente le ha dado por reunirse a la puerta de estos establecimientos, se ha agravado el problema. Antes sólo era en verano, ahora aunque haga frío».

Aseguran que han colgado los carteles «para ver si ciertos clientes, que no respetan el descanso, se dan por aludidos. El otro día había más de 70 personas en la puerta del local, incluso con perros que tenían sueltos por la calle, sin atar». 


Jueves, 19 septiembre 2013, 02:05

Los vecinos harán una campaña de protesta con pancartas y carteles en contra del botellón y a favor del derecho al descanso por las noches

Pancartas en todas las ventanas y balcones, así como carteles en las puertas de los bares que deseen colaborar. De esta manera quieren hacer notar su enfado los vecinos de Benimaclet, hartos de la suciedad que deja el botellón en el barrio, así como los efectos de la saturación de terrazas.

La plaza de Benimaclet y sus calles adyacentes, indicó ayer el portavoz de la entidad vecinal, Paco Guardeño, son los lugares más castigados por las concentraciones de cientos de personas. «Estamos indignados por el botellón y la política permisiva que hace el ayuntamiento a la hora de conceder licencias para las terrazas».

En una asamblea celebrada la noche del martes y que llenó el local vecinal, una de las cuestiones que se trató fue la de poner una limitación a las nuevas licencias, igual que el propio consistorio hará en el barrio de Ruzafa. Sobre el botellón, Guardeño añadió que acarrea también «la correspondiente suciedad con orines, vómitos, restos de botellas y latas, así como la aparición de gente, algunos del barrio, que se dedican a vender bebidas alcohólicas en la calle».

A la reunión acudieron representantes de la Policía Local del distrito, así como de la asociación de comerciantes. Entre los acuerdos se reivindicaron «más efectivos policiales de noche y madrugada, así como la erradicación de la venta de alcohol en las calles»


 

La Policía Local de Valencia acudió ayer por la mañana a la alquería Serra, situada junto al cementerio de Benimaclet, después de que los vecinos avisaran del ruido que venía de su interior. La edificación, protegida por el Ayuntamiento de Valencia como Bien de Relevancia Local (BRL), era el escenario de una fiesta ilegal. Y no era la primera vez.

Según fuentes policiales, los agentes ya han acudido en otras ocasiones al lugar tras las quejas vecinales, y en todas ellas han identificado a las personas que se encontraban dentro del edificio. Las mismas fuentes señalaron que los asistentes están en una propiedad privada, pero que mientras el dueño no denuncie la situación de ocupación ilegal, los agentes no pueden llevar a cabo más acciones legales.


Miércoles, 26 octubre 2016

Ruido, botellón, suciedad, ocupación de la calle y coordinación de servicios municipales. Fueron los asuntos tratados ayer en una asamblea en la plaza de Benimaclet, la primera que intentar unir un movimiento vecinal en torno al problema periódico de la concentración de cientos de jóvenes hasta altas horas de la madrugada.

Los residentes están más que hartos, sobre todo porque ya se ha institucionalizado un mapa del botellón en el barrio que empieza en la citada plaza, para continuar en un solar de la calle Lliri Blau, en los solares pendientes de edificación desde hace lustros, próximos a la ronda norte de Valencia.

La asamblea se convocó fruto de un movimiento espontáneo, aunque el portavoz de la asociación de vecinos, Paco Guardeño, destacó la necesidad de buscar una «solución global para toda la ciudad y donde haya un consenso político en el Ayuntamiento. De lo contrario no servirá para nada». 

Los servicios de limpieza están respondiendo con un refuerzo del baldeo y el barrido, aunque una de las vecinas afectadas indicó que no «se debería consentir ese aumento del gasto de dinero público». Guardeño comenta directamente sobre esto que el aire «sería irrespirable si no baldearan después de cada botellón. Parece que todo el mundo viene a orinar aquí».

La presencia de la Policía Local es más motivo de debate. Miembros de la naciente plataforma señalaron que sólo aparecen de madrugada y no entran a dispersar a los que hacen botellón. «Son muchas personas y los agentes corren peligro si quieren desalojarlos, por eso se quedan fuera», indicaron.

Fuentes cercanas a la Policía Local señalaron que no desalojan, sino que se dedican a requisar bebidas. «La gente puede estar en la calle, lo que no puede es beber en la calle». Desde la concejalía se han tenido ya reuniones con la sexta Unidad de Distrito, aunque matizaron que el botellón «no depende únicamente de la policía, hay que buscar soluciones transversales».

La delegada de Policía Local, Anaïs Menguzzato, dedicó parte de su intervención este lunes en la festividad del Cuerpo a este problema, extendido a la mayoría de barrios. Pero el caso de Benimaclet empieza a tomar tintes preocupantes, como atestigua uno de los relatos difundidos en las redes sociales.

 

Martes, 19 septiembre 2017

La asociación de vecinos de Benimaclet ha pedido una reunión urgente a la concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato, después de que en los dos últimos fines de semana las calles del barrio se hayan convertido en una zona donde miles de jóvenes hacen botellón hasta altas horas de la madrugada. El refuerzo policial puesto en marcha el curso pasado no surte el mismo efecto este mes de septiembre.

Así lo lamenta el portavoz de la entidad, Paco Guardeño, que explica que el domingo por la mañana «el equipo especial de limpieza del Ayuntamiento estaba manos a la obra para recoger toda la basura tirada por la plaza de Benimaclet y adyacentes». «A las 7.30 tenían recogidas cinco bolsas industriales repletas de latas, botellas, bolsas...», comenta. Guardeño destaca también la suciedad acumulada a esa hora en la calle. «Aún quedaban más de un centenar» de personas en el solar frente a la parada final del 10 de la EMT, señala el portavoz vecinal, que lamenta «el incivismo, las molestias, el ruido y la suciedad».


«No es culpa de los organizadores de unas fiestas u otras, si no de esa lacra que está continuamente denigrando a este magnífico barrio, y que, no contenta con estar fastidiando la convivencia de sus vecinos durante gran parte de días del año, aprovechan cualquier fiesta, sea carnaval, sea la de las fiestas patronales, o sea cualquier otra, aparecen aún con más ansia de borrachera», explica la entidad.

En este sentido, la asociación envió el pasado lunes 11 de septiembre una carta a la concejala Menguzzato en la que le exigen una reunión urgente porque el barrio «sigue siendo un punto de llamada para la práctica del botellón». «El mes de agosto ha sido un calvario, ahora además se abren otros frentes en nuestro barrio, cuando la policía se presenta en la plaza, los alborotadores se desplazan a otras zonas , como el descampado de las calles Lliri Blau-Mistral y otros lugares también se ven involucrados», lamenta el presidente de la asociación, Antonio Pérez, en la misiva.


«Llevamos muchos años sufriendo este gravísimo problema sin que las autoridades tomen las medidas oportunas, critica Pérez, que añade que en agosto «ha habido personas que llevaban su música incorporada y que no ha habido forma de poder atajar ni el ruido, ni el abuso de alcohol y drogas, ni la suciedad que dejan, ni las situaciones violentas que podrían acarrear si no se corta urgente todo este tema», que, alerta Pérez, se complicará ahora que comienza el curso universitario.

 


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El tema viene de largo, como se ve, y nunca se ha atajado a fondo, con lo que ha ido tomando dimensiones cada vez mayores. Y no es sólo un problema de jóvenes o de estudiantes. Los estudiantes que viven en Benimaclet no acuden a la escombrera en coche.

Y respecto al comentario de que "la gente puede estar en la calle" como alegaba la policía, es cierto, pero no armando ruido por la noche.  Parece como si ni la policía ni el ayuntamiento conocieran el contenido de la Ley contra la contaminación acústica. Al menos, si la conocen, no tienen voluntad de aplicarla.

Y por tolerar el ruido, pese a las protestas de los vecinos, ahora tenemos no sólo el ruido, sino la suciedad y el inseguridad. Por permitir que la gente "se divierta" en la calle por la noche, a costa de los vecinos, han acabado por facilitar que traficantes, vendedores, y alborotadores se conviertan en los amos de la noche en calles y plazas. Porque el dueño del altavoz es el amo de la plaza.