Alerta máxima, o La Escombrera, 2
Alerta máxima: el escenario
Los vecinos de la calle Murta, y en especial quienes regentan los negocios más próximos a la Ronda Norte están acobardados ante la que se les viene encima.
Al parecer en Benimaclet hay dos focos de atracción, y no es la plaza el máximo, sino la Escombrera. Que al quedárseles pequeña han invadido también una pista de skaters cercana. Y cuando también eso se les hace pequeño, montan saraos espontáneos donde se les ocurre.
Al parecer el público de la Escombrera rebasa ampliamente los límites de Benimaclet, y no se limita a atraer únicamente a la gente más joven. Los vecinos de la calle Murta ven cómo los fines de semana el camino que va desde el semáforo de la calle Murta hasta la Escombrera se convierte en zona de aparcamiento del público de la Escombrera.
Y que tras correrse la voz de la fiesta en la Escombrera, gran parte del público de la Escombrera que acudía desde otras zonas de ocio de Valencia descubrió que también en Benimaclet hay pubs y terrazas, de modo que resultaba más cómodo empezar la noche en Benimaclet, para desplazarse luego a la Escombrera cuando cerraran los pubs y terrazas.
Ahora les han fastidiado, a muchos de ellos, uno de los juguetes favoritos: la plaza. Los vecinos de la calle Murta y aledaños han podido conocer de cerca las consecuencias: se ha recrudecido el trasiego.
Y los sábados y domingos los vecinos de la calle Murta y terrazas aledañas conviven con los zombies que vuelven de la fiesta. Incluso, seguramente los que viven en el barrio, intentan sentarse en alguna terraza o bar, para espanto de los demás clientes que, como mucha gente, gusta de desayunar o almorzar el domingo en el bar más cercano. Más de una madre ha tenido que ver como no muy lejos de su mesa alguien se metía una raya de coca. ¿Cómo le explicas a tu hijo qué está haciendo ese hombre o esa mujer?
Hasta esta semana los vecinos no habían visto en años ni una patrulla de la policía local por la noche, a pesar de las muchas llamadas y quejas.
Alerta máxima: Halloween y Todos los Santos
Y resulta que este próximo fin de semana coincide con la festividad de Todos los Santos. Y que la Escombrera está junto al cementerio de Benimaclet. Y que el camino al cementerio conduce necesariamente por la Ruta de la Escombrera, al menos hasta el semáforo de la Ronda Norte. Una ruta que los fines de semana, desde hace años, y ahora ya casi todos los días, es un trasiego de gente yendo y viniendo de la fiesta de la Escombrera.
De hecho hay hasta carteles anunciando la fiesta en la Escombrera. Es decir, es una cosa de lo más organizada. El camión de las bebidas está aparcado en el camino al semáforo de la Ronda Norte, junto con otros vehículos, incluida alguna furgoneta de gran tamaño.
La Ruta de la Escombrera
Si te dicen "la Ruta de la Escombrera" quizá hasta te suene poético. Pero si te la describen, cualquier romanticismo en torno a la "cultura alternativa" se va al garete: zombies, vomiteras, meados, mierdas, y los que están menos zombies, haciendo méritos para alcanzar el éxtasis del drogata metiéndose drogas en público. Y por supuesto, restos de todo tipo de envases: bolsas de plástico, vasos, botellas de plástico y de cristal, latas, etc. Y un continuo trasiego de gente que va y viene de la plaza a la Ronda Norte, y a la Escombrera. Los del pasacalle, con sus tambores y su música, ¿forman parte de la organización de la fiesta? ¿O son los teloneros espontáneos que se apuntan a un bombardeo?
De vez en cuando aparece algún inspector. ¡Ah, pero no de policía! ¡Del servicio de limpieza! Se ve que hay que tapar rápidamente las huellas del horror. Al parecer, el inspector calcula cuántos efectivos necesitará para reparar el estropicio.
Los vecinos y los dueños de los comercios están acobardados. Viven una pesadilla, peor que cualquier dictadura. Hay miedo a denunciar, porque cualquiera que denuncie no sabe si no acabarán prendiendo fuego a su casa o a su vehículo, o le darán una paliza. Como al "chino" de un bar, que ya no se atreve a abrir. Tres veces le han dado una paliza. El "motivo" no se conoce, porque no se negaba a atenderles, a pesar de que así perdía clientela. Porque la cercanía de zombies sucios y malolientes, que es como casi todos vuelven de la fiesta de la Escombrera, no es una compañía deseable un domingo por la mañana, especialmente si vas con la familia y con niños pequeños. Igual no les gustaba que fuera chino, vete a saber.
La noche ha sido "tranquila" para los vecinos que se quejaban del ruido nocturno ocasionado por las actividades de la Escombrera.
No así para los vecinos cuyos hogares y establecimientos dan a la Ruta de la Escombrera, como puede leerse en una entrada posterior, dedicada a las Quejas Vecinales.
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